Hoy en día todos aceptamos que el casco es un elemento indispensable a la hora de conducir una moto. Se estima que el 98% de los golpes a más de 30 km/h resultarían mortales sin él.
Aunque parezca increíble no siempre ha sido así. No se ha convertido en un elemento ampliamente aceptado hasta los años 40, después de que diversos estudios demostrasen que el conocido Teniente Lawrance, también conocido como Lawrence de Arabia, hubiese salvado su vida si hubiese llevado casco aquel fatídico día en el que accidentó su Brough Superior.
Pero si queremos que nuestro casco sea realmente un salvavidas, debemos utilizar el casco en su plenitud de condiciones.
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¿Caduca un casco?
Sí, pero con matices, un casco no es un yogur. Dependiendo de su material, sus propiedades pueden cambiar con el tiempo.
La caducidad de un casco se sitúa en aproximadamente 5 años desde la fecha de compra para un casco de material termoplástico y 8 para uno de fibra (10 desde su fecha de fabricación).
¿Quiere decir esto que mi casco se va a volver inservible de un día para otro una vez caducado?, en abusoluto. Las fibras interiores se descomponen con el paso del tiempo, sus propiedades cambian dependiendo de su antigüedad. Es a partir de su fecha de caducidad cuando el proceso de descomposición se acelera.
Puedes seguir utilizándolo tenga la antigüedad que tenga, pero sé consciente de que pierde propiedades. En definitiva, si has comprado tu casco hace 5 años, vete pensando en cambiarlo.
La caducidad no es el único motivo para cambiarlo.
Cuando hablamos del casco no debemos olvidar su propósito: protegernos en caso de sufrir un impacto. Puede parecer banal, pero ningún casco está diseñado para proteger infinitos golpes.
Si tienes la mala suerte de sufrir un accidente debes cambiarlo inmediatamente. La composición interna del mismo cambia después del impacto. Dicho de una manera romántica: el casco sacrifica su vida para salvar la tuya.
Pero un casco no solo está expuesto a impactos en caso de accidente. Si se cae desde una altura considerable (mayor a 1,70 aprox.) o sufre algún golpe durante su transporte es motivo suficiente para cambiarlo.
Hay distintas señales que nos indican que un casco no está en buenas condiciones. Una calota agrietada, una correa deshilachada o unos acolchados cedidos son síntomas de que el casco no pasa por sus mejores días.
El mantenimiento, clave para maximizar su vida útil.
Mantener la su efectividad antes de que caduque depende solamente de ti. Existen diferentes rutinas y productos que te ayudan a mantener tu casco. Nosotros te damos los siguientes consejos.
- Mantenlo limpio, tanto por dentro como por fuera. Desmóntalo y límpialo en profundidad al menos una vez al año. Existen productos de limpieza específicos.
- Es conveniente transportarlo en el interior de la funda, normalmente incluida con el casco.
- Se aconseja guardarlo boca-arriba para que los interiores respiren. Si quieres guardarlo así sin que se mueva o ser ralle la calota puedes adquirir un soporte especial.
- Debe estar siempre alejado de fuentes de calor como el tubo de escape o el motor. Los materiales termoplásticos se funden a temperaturas no mucho más altas que la temperatura ambiente.
- Por la misma razón no es recomendable secarlo aplicándole calor directamente. Siempre es preferible dejar que seque a temperatura ambiente, o en su defecto, utilizar un secador especial.
- Intenta no agarrarlo durante demasiado tiempo del barboquejo o colgado del codo, así evitarás crear holguras.
Y por supuesto, nunca olvides ajustarlo y abrocharlo perfectamente, o será como si no lo llevaras. ¿Necesitas más consejos para mantener tu equipamiento?, no olvides hacérnoslo saber en los comentarios.
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